La actuación de las empresas de transporte y de nuestros conductores durante el transcurso de toda la pandemia del Covid-19 está siendo ejemplar, tanto por su implicación y compromiso por no dejar desabastecidos los mercados, atendiendo las necesidades de los ciudadanos sin ningún tipo de reticencias a pesar de los riesgos asumidos, como por su esfuerzo para conseguir que la vida continúe con cierta normalidad.
Sin embargo, parece ser que las medidas adoptadas de forma unilateral por los distintos estados miembros de la Unión Europea están haciendo imposible cumplir el principio básico acordado de mantener los corredores abiertos para el movimiento de mercancías, también conocidos como ‘Green Lines’, que son imprescindibles para que la sociedad, la industria y el comercio sigan funcionando con normalidad.
Hoy más que nunca, necesitamos contar con el apoyo de nuestro Gobierno para que intervenga de forma activa en la búsqueda de soluciones ágiles, lo que implica atender de forma inmediata las necesidades básicas de nuestros conductores atrapados en Francia y Reino Unido, así como interpelar, tanto al gobierno francés como a la Comisión Europea, para que dichos conductores tengan la posibilidad de poder retornar a sus lugares de procedencia con la mayor urgencia posible.
Si de lo que se trata es de evitar que se extienda la nueva variante del Covid-19 detectada en el Reino Unido, difícilmente se va a conseguir generando aglomeraciones innecesarias de miles de conductores abandonados en las cunetas o en aparcamientos disuasorios, improvisados de cualquier manera, sin las atenciones mínimas necesarias para que las personas allí hacinadas puedan cumplir con sus necesidades más básicas de comida, descanso y aseo, sin incrementar al mismo tiempo la posibilidad de un contagio por el elevado nivel de concentración creado.
En nuestra opinión, la mejor medida de seguridad contra la propagación del virus para cualquier transportista en este momento, es poner kilómetros de por medio en el espacio seguro de sus cabinas, no intervenir en las operaciones de carga y descarga y limitar al mínimo los contactos necesarios para el despacho documental de las mercancías, para lo cual sería a su vez el momento adecuado de impulsar la digitalización de los documentos de transporte.
Al margen de las reivindicaciones que el sector tiene pendientes de resolver en las mesas de negociación con el Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana, y de las enormes pérdidas económicas que está ocasionando esta situación sobrevenida, y de la que, sin duda, tendremos que hablar más adelante, lo que hoy nos urge, es que se dé una salida satisfactoria a las necesidades del transporte de mercancías por carretera, para lo que se hace imprescindible el apoyo incondicional del Gobierno español, a través de todas las acciones diplomáticas necesarias frente a sus homólogos franceses y británicos, así como de la búsqueda de soluciones urgentes, armonizadas y consensuadas en el Consejo de la Unión Europea.
En consecuencia, desde la CETM reclamamos la actuación inmediata de todo el Gobierno para solventar la situación descrita y conseguir el retorno urgente de nuestros conductores. Igualmente, solicitamos que se habiliten los cauces adecuados para asistir a aquellos profesionales que, en el desarrollo de su trabajo, se puedan ver afectados por un posible contagio y no puedan retornar a sus domicilios de manera inmediata.
Ovidio de la Roza, presidente de CETM.